El anuncio se produjo el día antes de la apertura de puertas del salón Internacional de electrónica de consumo de las Vegas, CES 2105, donde los fabricantes del motor están cada vez más presentes. En concreto esta «liberalización» de tecnología afecta a unas 5.680 patentes sobre la pila de combustible, muchas de ellas referentes al software informático que controla el sistema. Tendrán acceso a ellas no sólo las empresas de coches, si no también otras relacionadas con la energía, redes de estaciones de servicio y fabricantes de componentes relacionados con la tecnología de la pila de hidrógeno. Aún así, las solicitudes de acceso a estas patentes se estudiarán de forma individual, por lo que otras empresas o investigadores interesados podrán también estudiarlas, si Toyota lo acepta. Esta política abierta estará vigente en principio hasta 2020 y la marca pedirá (aunque no exigirá) a los interesados que compartan también con ellos las patentes que ellos puedan tener.
«La primera generación de vehículos propulsados por hidrógeno, que se lanzará entre 2015 y 2020, será crítica y requerirá de un esfuerzo conjunto entre fabricantes, gobiernos, académicos y productores de energía», dijo el vicepresidente de Operaciones de Automoción de Toyota en EE.UU., Robert Carter. Toyota, con esta acción, quiere que su nuevo Mirai no sea en los próximos años un coche extraño, si no que suponga un nuevo camino con un largo futuro por delante. El Mirai fue lanzado el mes pasado en Japón y llegará a EE.UU y a Europa a lo largo del segundo semestre de 2015. Se fabricarán a lo largo de este año 700 unidades, de las que 400 se quedarán en Japón. Cuestan, ahora mismo, unos 60.000$ (51.700€).