Durante el lanzamiento del 812 Competizione, Ferrari dijo que seguiría produciendo su motor 6.5 V12 atmosférico mientras sus clientes lo quisieran y la legislación lo permitiera. Un mes después de dejarnos disfrutar del último modelo V12 con motor delantero, el propulsor F140HB se ha implantado en el último coche de la serie especial ‘Icona’ de la compañía: el Daytona SP3.
La serie Ferrari Icona se lanzó en 2018 con los Ferrari Monza SP1 y SP2, inspiradas en las barchettas de competición de la década de 1950 y que ayudaron a ganar a la marca su estatus legendario en el mundo del automovilismo con una serie de prestigiosas victorias.
La serie Icona celebra la historia de Ferrari reinterpretando el estilo atemporal de los coches más emblemáticos de la marca con un efecto radicalmente moderno utilizando los materiales y las tecnologías más innovadores disponibles en la actualidad.
La idea de inspirarse en un momento particular de la historia, que se encuentra en el núcleo del concepto Icona, va mucho más allá de la mera reutilización de las señales de estilo del pasado. Más bien, el objetivo es destilar la esencia misma de una era y utilizarla como trampolín para crear nuevos conceptos que sean lo suficientemente únicos como para convertirse en iconos de las generaciones futuras. Todos los modelos Icona cuentan con soluciones exclusivas que no se ven en el resto de la gama y están dirigidos únicamente a los clientes coleccionistas de Ferrari, orgullosos embajadores de la marca del Cavallino Rampante.
«Solo imaginar el 6.5 V12 atmosférico girando a 9.500 rpm pone los pelos de punta»
Junto con los Monza SP1 y SP2, el Daytona es la siguiente serie especial limitada (599 unidades; las entregas se realizarán entre 2022 y 2024) por la que se invita a los mejores clientes de la marca a pagar alrededor de 2,5 millones de euros. Sin embargo, a diferencia de los modelos Monza, el Daytona estará homologado en todo el mundo, lo que significa que los compradores de los mercados en los que los modelos Icona originales no estaban homologados, como los de Estados Unidos, podrán comprar un SP3.
Se trata de un biplaza con chasis de fibra de carbono (una gran evolución del que empleaba el LaFerrari) y una carrocería que rinde homenaje a los deportivos de la firma de los años 60, en concreto a los que terminaron en los tres primeros puestos en Daytona en la edición de 1967. El diseño con techo tipo targa no es sólo un homenaje a aquellos legendarios modelos, sino que es un brutal ejercicio aerodinámico con la tecnología más moderna para mantener el coche pegado al asfalto y canalizar aire fresco al gigantesco motor que se aloja en el vano central-trasero.
El 6.5 V12 es una versión modificada del que emplea el 812 Competizione, pero con una potencia de 840 CV (es el V12 más potente que Ferrari ha instalado en un coche de calle; es capaz de alcanzar las 9.500 rpm) y 697 Nm en un modelo con un peso declarado en seco de 1.485 kg. También destaca la tracción trasera (sin motor eléctrico en ningún eje), prescindiendo del sistema de ruedas traseras direccionales que emplea el 812 Competizione. Con todo, el SP3 es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 2,85 segundos y de 0 a 200 km/h en sólo 7,4 segundos.
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