La cuarta generación del Ford Focus se ha hecho esperar, pero por fin hemos podido conocer todos sus detalles y, entre ellos, destaca la incorporación de una nueva carrocería que acompañará al cinco puertas y al familiar Sportbreak. Se trata de la variante Active, que al igual que en el Ford Fiesta, representa la opción más aventurera de la gama.
Es la respuesta de Ford a la imparable tendencia SUV del mercado, pero ¿estamos ante un verdadero todocamino? No podremos responder a esta pregunta hasta que no nos pongamos a sus mandos, pero todo apunta a que reunirá ciertas cualidades para salir del asfalto en alguna que otra ocasión.
Cuestión de estética
Sin ir más lejos, cuenta con los elementos decorativos habituales de este tipo de vehículos: las protecciones de plástico en los pasos de rueda y embellecedores metálicos en la parte inferior de los dos parachoques. Tampoco faltan los arcos del techo, pero lo más remarcable es el incremento de altura de su carrocería. Gracias a una suspensión específica, es 30 mm más alto que el resto de Ford Focus y 40 mm más que el Focus ST Line.
Por dentro, cuenta con una tapicería exclusiva con tejido de tipo denim y una A bordada en los respaldos de los asientos. Las costuras de las butacas contrastan con el resto de la tela al ser de color azul, la misma tonalidad que decora algunas molduras repartidas por el habitáculo y los paneles de las puertas.
Por lo demás, cuenta con la misma oferta mecánica que el resto de la gama, si bien es previsible que el equipamiento sea bastante generoso, como sucede con el Ford Fiesta Active.
