Jeep Wrangler Rubicon 10th Anniversary: 10 años de leyenda

Georgetown, Placerville o Rubicon Springs son hoy nombres olvidados de asentamientos desaparecidos que la Fiebre del Oro y el tesón de los colonos contagiados de ella se encargaron de erigir en las entrañas de la inhóspita sierra de Eldorado, al norte del estado de California (EE.UU.). 


Un camino liso y empedrado, hoteles, buscadores de sueños y turistas llevaron, durante casi un siglo, la civilización a un entorno hostil que en menos de una década de inviernos crudos y desprendimientos borró cualquier recuerdo de su paso; bueno, casi cualquier recuerdo. El nombre Rubicon, con el que hace ya más de un siglo y medio se bautizó esta ruta, luce orgulloso, desde hace ya diez años, a ambos lados del capó del Wrangler más extremo. Esta serie especial ha nacido para celebrarlo.

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Al igual que el Mercedes Clase G y a diferencia del Land Rover Defender, el Jeep Wrangler ha sabido mantenerse fiel a la esencia de sus predecesores sin renunciar a adoptar los avances en seguridad, dinámica y confort necesarios para que podamos seguir considerándolo como un todoterreno del siglo XXI. Así, el norteamericano sigue confiando su arquitectura a un chasis de largueros apoyado mediante muelles helicoidales sobre dos ejes rígidos, con un generoso motor diésel longitudinal tetracilíndrico de 2,8 litros que envía su fuerza al tren trasero y cuenta con la posibilidad de acoplar el tren delantero y la desmultiplicación adicional de la reductora.

Las series especiales

Las mentes pensantes de la mercadotecnia han encontrado un filón para vender el Wrangler. Pero las series especiales no son un invento nuevo. En 1988, Jeep ofreció un conjunto de opciones para su Wrangler YJ formado por aletines de color carrocería, llantas de aleación, consola central con portavasos, depósito de combustible ampliado y las preceptivas pegatinas con el rótulo Islander. Tres años más tarde, repitió la jugada con el vistoso Renegade, y desde entonces las series especiales fueron sucediéndose: 60th Anniversary (2001), Apex (2002), Freedom (2003), Rubicon Tomb Raider (2003), Rocky Mountain (2003), Columbia (2004), Willys (2004), Sahara Edition Unlimited Rubicon (2006), 65th Anniversary Edition (2006) y Golden Eagle (2006). Desde 2007, el actual JK ha sido objeto de 12 series especiales, algunas de las cuales han contado incluso con una segunda entrega, como los Arctic y Mountain. En España, Fiat, la matriz y actual importadora de la firma norteamericana, ha encontrado un filón en las series especiales, ya que permiten ofrecer vehículos más equipados a precios más competitivos, dar una mayor imagen de exclusividad y, sobre todo, atender la demanda con menos stock, algo crucial en una marca cuya fábrica se encuentra al otro lado del océano Atlántico.

Lo dicho hasta aquí vale para cualquier Jeep Wrangler, pero este Rubicon 10th Anniversary va un paso más lejos que sus hermanos. El apellido Rubicon fue impreso por primera vez sobre el capó de un Jeep en 1993. Por aquel entonces, se trataba del Wrangler TJ –el modelo anterior al actual–, y como «equipamiento» adicional contaba con diferenciales 100 % bloqueables, grupos más cortos y una reductora más desmultiplicada. Diez años después, lo que empezó siendo una serie especial más ha pasado a convertirse en un acabado imprescindible dentro de la gama y ahora cuenta incluso con su propia edición conmemorativa, que pretende acentuar el carácter de todoterreno extremo asociado a su insigne apellido.

Ficha técnica

 

Jeep wrangler 2.8 crd 200 cv 4×4

Motor

Tipo

Diésel, 4 cilindros en línea

Posición

Delantero, longitudinal

Distribución

4 válvulas por cilindro. Dohc

Cilindrada

2.776 cm3 (94 x 100 mm)

Alimentación

Inyección directa por conducto común, turbocompresor de geometría variable e intercooler

Compresión

16,5:1

Potencia máx.

200 cv (147 kw) a 3.600 r.p.m.

Par máximo

460 nm (41,80 kgm) a 1.600 r.p.m.

Transmisión

Tracción

Trasera permanente con conexión manual del eje delantero y reductora. Bloqueos de diferencial delantero y trasero. Controles de estabilidad y tracción

Cambio

Automática, de cinco velocidades

Embrague

Convertidor de par

Grupo/reductora

2,75:1/4,10:1

Chasis

Tipo

Largueros y travesaños, de acero

Suspensión delantera

Eje rígido con muelles, amortiguadores y barra estabilizadora (desconectable)

Suspensión trasera

Eje rígido, muelles, amortiguadores y barra estabilizadora

Dirección

Tipo

Recirculación de bolas, asistida y con amortiguador

Diám. De giro

10,3 metros

Frenos

Delante y detrás

Discos ventilados/macizos

Ayudas

Abs y bas

Dimensiones y pesos

Long./anch./alt.

4.751/1.877/1.865 mm

Batalla

2.947 mm

Vía del./tras.

1.572/1.572 mm

Peso

2.073 kg

Depósito

85 litros

Maletero

498 litros

Ruedas

Llantas

Aleación, de17″

Neumáticos

245/75-17

Prestaciones

Velocidad máx.

172 km/h

0 a 100 km/h

10,7 seg.

Consumo

Consumo

7,9/8,8/10,3 l/100 km

Autonomía

965 km

Emisiones co2

230 g/km

Taloneras tubulares

Las diferencias entre un Wrangler Rubicon «normal» y este 10th Anniversary son pequeñas. Desde el punto de vista TT, lo más destacable es la adopción de unas protecciones taloneras tubulares ancladas a la carrocería que sirven para proteger esta delicada zona si encontramos una loma y la atacamos en posición inclinada. También permiten pasar una eslinga para asegurar el vehículo, «desvolcarlo» e incluso apoyar sobre ellas la parte superior de un gato, siempre teniendo en cuenta que estas estructuras están ancladas a la carrocería de forma muy sólida, pero no directamente al bastidor.
Chapitas identificativas, un capó específico y llantas de aluminio acabadas en negro con los bordes pulidos completan los cambios exteriores.
En EE.UU., el 10th Anniversary cuenta también con unos parachoques reforzados –el delantero preparado para integrar un cabrestante–, que en Europa no están homologados, por lo que lamentablemente tendremos que conformarnos con los elementos estándar.

Dentro encontramos unos cómodos asientos de cuero algo faltos de sujeción lateral y un equipo de audio mejorado, si bien echamos de menos un navegador integrado.

Pero lo importante de este Jeep no es si lleva unos asientos mejores o peores o si el disco duro del equipo de audio tiene más o menos «gigas». Si pretendemos gastarnos 50.000 euros en un vehículo refinado, este Rubicon será una mala compra. Pero si lo que queremos es adquirir una máquina que nos ofrezca la máxima eficacia en campo y cientos de horas de absoluta diversión, no se nos ocurre una compra mejor.

A bordo del rubicon

Si nunca te has puesto al volante de un Wrangler, la primera vez que abras la puerta y subas a bordo te darás cuenta de que es «otra cosa». Pensadas para desmontarse en el garaje de casa, las puertas no tienen topes mecánicos que las mantengan abiertas; solo unas cinchas asidas a los mazos de cables de los elevalunas y las cerraduras. Para cerrarlas hay que hacer más fuerza de lo normal –algo que también ocurre en un Land Rover Defender o un Mercedes Clase G–, y mantenerlas abiertas en una pendiente resulta incómodo. La postura al volante es muy elevada, cómoda en largos viajes salvo por la falta de regulación lumbar. Giramos la llave y el motor se pone en marcha. Suena mucho y transmite vibraciones al interior, pero, incluso en esta versión automática y con carrocería larga, es capaz de sacar el coche de parado con energía, haciendo deslizar ligeramente las ruedas traseras, que son unos buenos neumáticos mixtos a los que no se les da bien gestionar el exceso de par en asfalto. El cambio automático de cinco velocidades de origen Mercedes no es rápido, y su escalonamiento tampoco es perfecto, pero puede manejarse secuencialmente y da prioridad al acelerador sobre la palanca. Así, si le ordenamos insertar una marcha superior pero no levantamos el pie del gas, no engranará la nueva relación hasta que dejemos de pisar a fondo (kick down) o hasta que alcancemos el régimen máximo del motor.

La dirección es también algo a lo que uno tarda en hacerse. La primera sensación es de «holgura», pero en realidad la falta de precisión viene del sistema de recirculación de bolas y el elevado perfil de las ruedas. Con el paso del tiempo, desarrollas una sensibilidad acentuada y al final llega a parecer que va «de cine».

Todo esto que en asfalto puede suponer algún inconveniente, en campo pasa a un segundo plano. Sobre pistas en buen estado –cerradas al tráfico–, resulta divertidísimo circular en tracción trasera con el ESP desconectado tratando de corregir los excesos de gas con el volante. Pero el verdadero placer comienza donde acaban los caminos. Solo con la tracción total y la asistencia de la electrónica se pueden superar obstáculos muy complicados. La ayuda de la reductora 4:1 es colosal –tanto que el servofreno se ha reforzado respecto a la primera serie porque había usuarios que se quejaban de la fuerza que había que ejercer sobre el pedal del freno para mantener parado el coche al ralentí–.

Pero lo verdaderamente interesante del Rubicon es el bloqueo de los diferenciales. Con el trasero lograremos superar casi cualquier obstáculo que nos encontremos, y podremos pasar sin inercia por zonas muy complicadas en las que frecuentemente tendremos dos ruedas en el aire. Aquí también resulta de gran ayuda la desconexión de la estabilizadora delantera, que nos permite ganar un 20 % de recorrido en este eje. El bloqueo delantero nos permitirá, además, escalar auténticas paredes y avanzar en zonas donde jamás pensábamos que nos íbamos a quedar atrapados.

Fíjate en: La altura total (1,87 metros) nos impedirá acceder a algunos aparcamientos; tenlo en cuenta. El eje delantero más robusto, el equipamiento adicional y la carrocería larga hacen que la masa en orden de marcha supere las dos toneladas. Pese a ello, la relación entre peso y potencia (10,37 kg/CV) sigue siendo buena. El consumo medio se sitúa en torno a los 11 litros cada 100 kilómetros.

BANCO DE POTENCIA

Potencia máxima
197,28 CV a 3.372 r.p.m.

Par máximo
451,06 Nm a 2.327r.p.m.

Desde 2010, el motor VM 11D se ofrece en configuración Euro 5, con un sistema de inyección mediante common rail a mayor presión y un turbocompresor de geometría variable que hace muy bien su trabajo, como puedes ver en las curvas arrojadas por el banco (en líneas continuas para el Euro 5 y discontinuas para el Euro 4). No hay nada que reprochar. A partir de 1.500 vueltas tenemos ya 270 Nm; más que suficiente.

La opinión TT

Dejando aparte el Mercedes Clase G, no hay ningún todoterreno de serie capaz de enfrentarse exitosamente a los mismos obstáculos a los que se enfrenta este Wrangler Rubicon, cuya motricidad es superior a la de un Land Rover Defender o un Suzuki Jimny. Unas ruedas MT y un poco más de altura lo harían perfecto.

Wrangler Unlimited 
Carrocería ????
Habitáculo ????
Motor ????
Transmisión ?????
Suspensiones ?????
Total ????
Equipamiento
10th anniversary
Confort y lujo  
7 altavoces y subwoofer
Asientos del. Ajuste altura
Cargador de 6 cd
Climatizador bizona
Conexiones aux/usb/
Cristales tintados
Disco duro 30 gb
Llantas de 17″
Parabrisas abatible
Pintura metalizada 679 e
Radio cd con mp3/wma
Reproductor de dvd
Volante multif. Y de cuero
Volante regul. Altura y prof. Sí/no
Funcional  
Asientos abatibles
Asist. Arranque en pendiente
Bluetooth
Brújula
Control presión neumáticos
Control de velocidad
Faros antiniebla delanteros
Faros de xenón No
Navegador
Ordenador de a bordo
Retrovisores ext. Calefact.
Retrovisores ext. Eléctricos
Rueda repuesto normal
Portamapas en respaldos
Puertas desmontables
Sensores de luz/lluvia Sí/no
Taloneras tubulares
Seguridad  
Abs, bas, esp, erm y tcs
Airbags front. Y cabeza Sí/no
Airbags laterales del./tras. Sí/no
Alarma antirrobo No
Barra estabil. Del. Desconect.
Cambio con reductora
Control de descenso pte.
Difer. Del./tras. Bloqueables

Fíjate en: El ángulo ventral de la versión Unlimited y la altura de los bajos especialmente en su zona central son los puntos críticos. Un kit de suspensiones mejoraría aún más este aspecto.

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