McLaren vuelve a lanzar un modelo para sus clientes más distinguidos, como ya hizo en su día con el McLaren F1 GTR. El P1 GTR no se puede matricular ni está homologado para participar en competiciones reguladas por la FIA, por lo que su afortunado propietario solo puede conducirlo en un circuito, ya sea en tandas privadas o en eventos organizados por la marca; es, por tanto, un concepto similar al que ofrece Ferrari con el FXX K. McLaren tiene previsto construir 30 unidades del P1 GTR, a un precio alrededor de los dos millones y medio de euros. Una de ellas puede admirarse en el Salón de Ginebra 2015.
Puesto que su ámbito se restringe a las pistas de carreras, McLaren ha creado un modelo muy radical, en el que todo está concebido para el disfrute del piloto. Frente al P1 de calle, la potencia máxima pasa de 916 a 1.000 CV, gracias, sobre todo, a modificaciones en la electrónica. Pero este no es el cambio más importante: la carrocería ha sido realizada casi desde cero, de cara a mejorar el apoyo aerodinámico y la refrigeración de los componentes mecánicos. De esta forma, las tomas de aire frontales son de mayor tamaño, los retrovisores han variado su ubicación y hay diferentes canalizaciones de aire por la carrocería, como el nuevo difusor trasero. El alerón posterior es fijo y tiene un sistema similar al DRS que se emplea en la Fórmula 1, que abre una lámina central para dejar pasar el aire, de forma que se reduce el apoyo aerodinámico y permite una mayor velocidad punta en recta. Por último, las llantas tienen 19 pulgadas de diámetro y equipan unos neumáticos de tipo slick desarrollados por Pirelli en exclusiva para este modelo.
En el interior del P1 GTR encontramos una jaula de seguridad, asientos de tipo baquet con cinturones de cinco puntos de anclaje, una pantalla digital que registra la telemetría y un volante que bien podría ser el mismo que emplea el monoplaza MP4-30 de Fernando Alonso. También abundan los elementos fabricados en fibra de carbono, mientras que las ventanillas son de policarbonato. Estos materiales, junto con otros como el sistema de escape de titanio, ayudan a reducir el peso en 50 kilogramos frente al McLaren P1 homologado para circular por carretera.
Los propietarios de otros McLaren que tengan la fortuna de poder abonar el elevado precio del P1 GTR, no solo se llevarán un coche extremo y apasionante, sino que también tendrán derecho a recibir cursos por parte de la marca, que además se encargará de el mantenimiento y el traslado del vehículo.