El bombazo informativo saltaba el pasado 13 de septiembre, cuando conocíamos que la Unión Europea ha planteado la posibilidad de incluir aranceles a los coches eléctricos chinos debido a sus precios bajos. Para el organismo europeo es una medida de protección a los fabricantes de la UE frente a unos coches eléctricos chino cuyo precio “se mantiene artificialmente bajo gracias a enormes subsidios estatales”, indicaba la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen.
Pero estas declaraciones no han sentado nada bien al gigante asiático, el cual ya he emitido un primer juicio de las mismas. La respuesta desde Beijing ha sido clara: tachan la medida de «proteccionista«. “Se trata de un acto abiertamente proteccionista que perturbará gravemente la industria automovilística mundial y que tendrá un impacto negativo en las relaciones económicas entre Europa y China. Prestaremos mucha atención a las tendencias proteccionistas de la UE y protegeremos firmemente los intereses de las empresas chinas de coches eléctricos”, indicó el Ministerio de Comercio chino en un comunicado.
Según China, los bajos precios de sus coches eléctricos se debe a su cadena de suministro
Respecto a las palabras de von der Leyen, mencionando las grandes subvenciones estatales que recibe China -han aportado casi 70.000 millones de euros para facilitar la compra de coches eléctricos- en materia de electromovilidad, la información revelada por el medio especializado Automotive News indica que la ventaja competitiva sobre Europa, según varios ejecutivos de la industria automovilística china, no se debe a los mencionados subsidios, sino a “una cadena de suministro altamente competitiva”. No hay que olvidar que la gran mayoría de los componentes de los coches eléctricos se fabrican allí o en países vecinos.
De materializarse la investigación de la UE y la posterior aplicación de aranceles a las importaciones de coches eléctricos, podría iniciarse una ‘guerra comercial’ en la que China podría tomar medidas contra varias industrias europeas que operan en su territorio. Por ejemplo, BMW y Renault se enfrentarían a precios más altos o incluso la negación de ciertas materias primas a la hora de fabricar sus coches eléctricos. Y es que no podemos olvidar que es China es quien controla actualmente el mercado mundial de las baterías.
En cualquier caso, la Unión Europea se ha fijado un plazo de 13 meses de investigación para determinar si es necesario aplicar aranceles, que serían superiores al 10% del precio base del vehículo. Todo ello para intentar frenar un mercado, el de los coches chinos eléctricos en Europa, que está subiendo notablemente. Actualmente, la cuota de mercado de coches eléctricos de origen chino es del 8% -en España, el MG ZS fue el coche más vendido en agosto- y las estimaciones del organismo comunitario para 2025 son que esta cuota de mercado alcance el 15%.
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