La nueva era de Opel acaba de dar comienzo y concluirá con una primera fase en 2016 –con 13 motores y tres cajas de cambios- y se extenderá hasta 2020 en una segunda fase –con la llegada de nuevas transmisiones automáticas-. Autofácil se trasladó hasta su centro de pruebas en Dudenhofen (Alemania) para ser testigo de sus nuevos productos: el motor de gasolina 1.6 SIDI, el diesel 1.6 CDTI, las transmisiones automáticas de 5 y 8 velocidades así como la manual de seis.
La reducción de costes y la eficiencia son dos de los pilares sobre los que la nueva Opel pretende moverse en los próximos años. En primer lugar, disminuyendo el número de plataformas de sus vehículos hasta la mitad, y segundo, lanzando motores más ahorradores y con menos emisiones, que además son 100% desarrollados y fabricados por Opel .
En lo que respecta al 1.6 SIDI, fue presentado hace pocas semanas junto con el Opel Cabrio –primer modelo en estrenarlo-. Aunque si en aquella ocasión el protagonista fue el de 170 CV, en esta hemos podido probar su variante más potente, la de 200 CV –esta vez en un Astra de cinco puertas-. Bien es cierto que el número de caballos llama a convertirle en un gran rival, pero si lo comparamos con aquel, puede que la menos potente sea la opción más recomendable. La versión de 200 CV Es igual de suave y agradable mostrándose algo más contundente, pero lo que es seguro es que es un motor para ir rápido y llevarle alto de vueltas, ya que curiosamente es donde el consumo logra contenerse –en el breve recorrido rondó los 10 l/100 km-.
El 1.6 CDTI de 136 CV, por su parte, es otra de las grandes novedades, porque supone uno de los primeros motores diesel desarrollados sin la participación de Fiat, aunque el núcleo principal de diseño siga estando en Turín. Su importancia es comprensible desde el primer momento ya que en él se han involucrado más de 1.000 ingenieros y se han realizado 24.000 horas de análisis. Uno de los puntos clave de este nuevo motor es su estructura de aluminio, con el que se ha conseguido rebajar el peso en más de 20 kg.
Pero además se ha conseguido rebajar significativamente el ruido y las vibraciones tan molestas del anterior 1.7 CDTI. «Para ello se ha empleado aislante mecánico del cigüeñal así como un volante de doble masa, entre otros» tal y como nos comenta Roberto Golisano, ingeniero jefe del departamento de motores diesel. De igual forma, se ha optimizado el proceso de combustión con múltiples impulsos de inyección, lo cual ayuda a mejorar el ahorro de carburante. Entre algunas de las medias adoptadas están una bomba de agua desconectable –un embrague electromagnético desacopla la polea de la bomba- durante el calentamiento del motor para reducir la carga del motor y el consumo o una bomba de aceite de caudal variable que modifica el suministro de aceite en función de las necesidades del motor.
El 1.6 CDTI también estrena el sistema de reducción catalítica selectiva (SCR) Blueinjection que elimina el NOx y le hace ser igual de limpio que un vehículo de gasolina. En palabras de Golisano «no hemos querido que el depósito sea mayor a ocho litros ya que así podíamos mantener el equilibrio del coche». No todos los modelos tendrán este sistema «los más pequeños contarán con el sistema de bloqueo del NOx LNT –Lean NOx Trap en sus siglas en inglés-«, un sistema parecido pero en el que no es necesario el aditivo AdBlue. En ambos casos, se cumple la normativa Euro 6 de emisiones que entrará en vigor en septiembre de 2015.
Pero, ¿cómo se traduce todo ello en marcha? Por lo probado en el Zafira Tourer las sensaciones son muy buenas. Teniendo en cuenta que se trata de un vehículo de 1.571 kg, el motor le mueve con agilidad y desde el arranque se nota la ausencia de vibraciones. Es aún algo sonoro al ralentí pero mucho menos que su predecesor. Ofrece una respuesta bastante progresiva ya que se obtiene el 80% del par en un régimen que comprende desde las 1.500 hasta las 3.500 rpm, logrando los 320 Nm totales en las 2.000 vueltas. El monovolumen alemán acelera de 0 a 100 km en 11,2 sg y alcanza una velocidad máxima de 193 km/h, mientras que el consumo registrado no superó los 5 l/100 km.
Nuevas transmisiones
Junto con los motores, Opel presentó tres nuevas transmisiones siendo las más llamativas fueron las dos automáticas: una manual pilotada –o robotizada- de cinco marchas que se estrenará en el Adam y otra de ocho velocidades que hará lo propio en el Insignia. Y es que según la marca alemana, la importancia de los cambios automáticos irá en aumento de aquí a 2020, sobre todo en Europa, en donde el mercado tenderá hacia transmisiones que superen las seis velocidades.
Aún se encuentran en fase de puesta a punto pero por lo probado, ambas prometen, y mucho. En el caso de la robotizada parece haber resuelto uno de los puntos flacos de este tipo de cambios, la lenta transición y los molestos tirones cuando se produce el tránsito. George Bednarek, ingeniero jefe global y director del programa de transmisiones automáticas, nos confirmó que esto se debe a la eliminación de los típicos motores eléctricos en detrimento de un funcionamiento completamente hidráulico». Con respecto a la de ocho velocidades, Opel asegura una reducción del consumo cercano al 3% en comparación con la actual de seis, mientras que por lo testado, comprobamos que el tránsito entre marchas es imperceptible permitiendo que el motor circule mucho más desahogado en velocidades superiores a 120 km/h.
Para el futuro, Opel está trabajando ya con una transmisión de doble embrague y varias más de convertidor de par de nueve y diez velocidades, aunque de momento no han aportado mucha más información al respecto.