Probamos la tracción total de Tesla en nieve

Hemos viajado hasta la localidad de Alpbach, en plena región del Tirol austriaco, para comprobar cómo se comporta la tracción total de Tesla en situaciones extremas. Para ello nos hemos puesto a los mandos de los dos modelos que actualmente comercializa la marca, el Model S y el Model X.


Tesla ya ha comenzado a allanar el camino a la llegada del Tesla Model 3, cuyo lanzamiento en Europa está previsto para finales de 2018 o principios de 2019. Para ello, la marca norteamericana ha decidido reestructurar su gama –compuesta por dos únicos modelos, el Tesla Model S y el Tesla Model X–, eliminando las versiones con menor autonomía, como las 60 y 60D, así como las variantes con tracción trasera.

De esta manera, ambos modelos, que comparten base tecnológica, se comercializan únicamente en las versiones 75D, 100D y P100D, una denominación que hace referencia a la capacidad de la batería -75 o 100 kWh-. La tracción total, que la firma norteamericana denomina Dual Motor, es ahora de serie, como recuerda la letra D de las tres denominaciones. El P100D hereda el apellido Performance del motor eléctrico de alto rendimiento montado en el eje trasero, que consigue mejorar las prestaciones y la aceleración para un comportamiento más radical.

Tracción total de Tesla en nieve

El funcionamiento de la tracción total de Tesla es realmente sencilla: emplea un motor eléctrico en el eje delantero y otro en el trasero. El sistema, por tanto, controla de manera independiente el par en ambos ejes, y lo hace con una velocidad mucho más elevada que cualquier otro vehículo 4×4 convencional, ya que no existe ningún tipo de conexión mecánica. La marca asegura que ambos propulsores son capaces de comunicarse y ajustar el par hasta 100 veces por segundo.

Gracias a ello, en caso de nula adherencia en uno de los ejes, el sistema electrónico puede desconectar ese motor y entregar el 100% del par al otro para incrementar la capacidad de tracción. Asimismo, la centralita se encarga de distribuir dicho par entre las dos ruedas de un mismo eje utilizando la información que le proporcionan los sensores del ESP –no existe un sistema Torque Vectoring, del que hemos hablado en profundidad en este otro artículo–.

Tracción total de Tesla en nieve

Un sistema eficaz en nieve

Como hemos visto en esa sencilla descripción técnica, Tesla ha optado por una solución sencilla, pero que ha demostrado ser absolutamente eficaz en condiciones de muy baja adherencia. Nosotros hemos tenido la oportunidad de comprobar el funcionamiento de la tracción Dual Motor en la estación de esquí de Alpbach, en la región austriaca del Tirol, donde hemos rodado con ambos modelos en condiciones realmente extremas, con cantidades de hielo y nieve difíciles de encontrar en carretera. A pesar de ello, tanto el Tesla Model S como el Tesla Model X han demostrado una capacidad más que suficiente para afrontar estas situaciones con un mínimo aceptable de seguridad y confort.

La jornada comenzó con algunos contratiempos en las zonas de mayor espesor, pero el control sobre la suspensión neumática –ajustada desde ese momento en la posición más elevada– fue suficiente para ganar en capacidades offroad. La colocación de las baterías debajo del habitáculo ofrecen una muy buena estabilidad en carretera debido a que el centro de gravedad es especialmente bajo, si bien es cierto que en este tipo de circunstancias hace que la suspensión rebote un poco más de la cuenta.

Tracción total de Tesla en nieve

Aunque ambos modelos permiten afrontar situaciones comprometidas con un aceptable nivel de eficacia, es el Model X el que realmente nos transmitió el nivel de estabilidad y seguridad que demandamos en unas condiciones tan extremas. Algo realmente notable si tenemos en cuenta que hablamos de una mole de dos toneladas y media de peso. Eso sí, a su favor tiene una mayor altura al suelo.

Después de esta jornada en Austria podemos afirmar que el sistema electrónico de reparto de par es efectivo para garantizar la seguridad y la estabilidad incluso en zonas realmente complicadas. La dirección es directa y precisa, aunque ganaría enteros con un menor nivel de asistencia. Esto permitiría al conductor recibir una mayor información y tener un control más exacto de la situación. En cualquier caso, hablamos de aspectos de una incidencia realmente mínima en la conducción.

Tracción total de Tesla en nieve

Elevada estabilidad en carretera

Más allá de las pruebas realizadas sobre la nieve tirolesa, tuvimos la ocasión de realizar un trayecto de aproximadamente 150 kilómetros entre Múnich y la localidad de Alpbach a bordo de un Tesla Model S 100D. Una distancia no muy elevada, pero que fue más que suficiente para demostrarnos que en este hábitat el Model S es sencillamente espectacular. Una afirmación que nos llega por su excelente capacidad de aceleración –alcanza los 100 km/h desde parado en apenas 4,3 segundos– y por la explosividad de su respuesta. Una explosividad imposible de conseguir con ningún modelo con motor térmico. Cada milímetro que el pedal del acelerador se acerca a la tabla se traduce en una entrega inmediata de potencia que hace que nuestro gesto mute de la complacencia al asombro hasta alcanzar un nivel de satisfacción absoluto. No quiero imaginar lo que podría llegar a alcanzar un Tesla Roadster con paquete Performance y la tracción total que hoy nos ocupa.

Al margen de la aceleración, el nivel de estabilidad es igualmente aceptable. Es cierto que el Model S no es precisamente la berlina que mejor absorbe las irregularidades del asfalto, pero en cualquier caso nos permitió circular por las autopistas alemanas a velocidades cercanas a los 190 km/h manteniendo un nivel de confort muy elevado.

Scroll al inicio