Primera prueba del Citroën C4 Cactus

El nuevo Citroën C4 Cactus traslada la inteligente esencia sencilla y funcional del mítico Citroën 2CV al siglo XXI. Sencillo, práctico, vistoso, económico y robusto: así es el C4 Cactus.


Su estética es algo controvertida, pero eso es algo totalmente subjetivo. Según me acerco al nuevo C4 Cactus, lo primero que me llama la atención es esa especie de apósitos que tiene en las puertas. No es algo simplemente decorativo, sino que se trata de un sistema que Citroën denomina Airbumps. Unas protecciones de plástico que cuentan con unas pequeñas cámaras de aire independientes y cuya función es proteger la carrocería de los pequeños golpes ocasionados por carritos de la compra, por otros conductores que no tienen cuidado al abrir la puerta de su coche o, incluso, de pequeños roces al aparcar. Los Airbumps vienen de serie y la verdad es que es una solución muy inteligente pues, tal y como indica la marca francesa, reemplazar estas protecciones resulta mucho más barato y fácil que reparar una puerta. De hecho, estos apósitos van sujetos con grapas y un único tornillo, por lo que intercambiarlos es muy sencillo –hay cuatro colores diferentes; negro, gris, arena y marrón-. Lo siguiente en lo que reparo es que el C4 Cactus no se encuadra dentro de un segmento concreto, sino que tiene un poco de compacto, de todo camino e, incluso, de urbano, puesto que, aunque porte la denominación ´C4´ en su portón trasero, está construido sobre la plataforma PF1 de PSA, es decir, la misma que la de los Citroën C3 y DS3, de los Peugeot 208 y 2008€ La carrocería, por otra parte, mide 4,16 metros de largo, 1,73 m de ancho y 1,48 m de alto, por lo que se encuentra a medio camino entre un urbano y un compacto. Puede ir pintado en 10 colores distintos: el rojo es gratis y el resto cuestan de 150 a 550 euros.
Pero, a pesar de todo, la llamativa estética no es lo más relevante del C4 Cactus, sino la forma en la que Citroën ha abaratado su coste de fabricación para, asimismo, reducir su precio final. Citroën no ha optado por limitar la calidad del producto, sino que ha prescindido de los elementos superfluos que casi nunca se utilizan. ¿Algunos ejemplos? Pues, si abres la puerta del conductor y te sientas en el C4 Cactus, comprobarás que no existe un cuentarrevoluciones y que el volante sólo se ajusta en altura –no en profundidad. En un examen un poco más exhaustivo te percatarás de que el cinturón de seguridad no puede regularse en altura, que el parasol del pasajero no cuenta con luz ni espejo, que las ventanillas traseras no se bajan –son de tipo compás, es decir, que se abren como en un coupé- o que el techo panorámico –opcional por 400 euros- no dispone de cortinilla. Pero lo cierto es que, por calidad, el C4 Cactus aprueba. Todos los plásticos son duros, aunque los de la parte superior del salpicadero cuentan con un recubrimiento muy agradable al tacto. Además, el salpicadero tiene un diseño muy ´limpio´, pues casi todas las funciones del coche se aglutinan en una pantalla central de 7″ –de serie–: climatización, equipo de sonido, configuración del vehículo€ Además, esta pantalla puede incluir un navegador por 700 euros, así como el servicio Multicity Connect –cuesta 385 euros el primer año y 139 euros los siguientes-, que permite descargar aplicaciones para el vehículo, como un avisador de radares Coyote, Páginas Amarillas, música, Wikipedia, redes sociales, gasolineras, Guía Michelin, etc.

Y, en cuanto a su habitabilidad, el C4 Cactus presume de una buena anchura en las plazas traseras, aunque resulta mejorable la altura. Por otra parte, destacan las plazas delanteras, pues están compuestas por un asiento corrido –como en el 2CV original- en las versiones con cambio automático. El maletero cubica unos correctos 358 litros de capacidad y bajo él se esconde un kit reparapinchazos –poner una rueda de repuesto cuesta 80 euros-.

La gama de motores, de momento, está compuesta por un propulsor 1.2 VTi de gasolina de 82 CV y un diesel 1.6 HDI de 92 CV –sólo disponible con cambio automático robotizado ETG6– o 100 CV –únicamente con caja manual de cinco marchas-. A finales de año llegará un gasolina 1.2 e-THP con 110 CV y cambio manual –la versión de 82 CV está disponible tanto con caja manual como automática robotizada-.

Hemos podido probar la variante de 92 CV. El hecho de ser un coche muy ligero -1.145 kg-, permite que este motor sea muy aprovechable: registra una aceleración de 0 a 100 km/h en sólo 11,4 segundos. Además, consume muy poco, aunque los 3,5 l/100 km oficiales se acercan, en la realidad, a los 5 l/100 km, lo cual está muy bien. La respuesta del motor es muy suave y progresiva y entrega suficiente fuerza desde unas 1.250 rpm. Eso sí, resulta un poco ruidoso en parte debido a la eliminación de parte del material insonorizante del habitáculo. La parte más mejorable se sitúa en la transmisión. A pesar de que Citroën ha mejorado la caja ETG6 respecto a su antecesora –la CMP-, continúa siendo una caja algo lenta y brusca cuando vas rápido. Eso sí, a ritmo tranquilo, aunque no se muestra muy refinada, sí funciona bien y resulta suave.

En cuanto al comportamiento en carretera, el C4 Cactus incorpora una suspensión bastante blanda que busca el máximo confort –y lo consigue–, pero no es capaz de evitar que la carrocería balancee un poco más de la cuenta en carreteras de curvas. Aun así, el C4 Cactus muestra un aplomo correcto y una buena agilidad y estabilidad. Eso sí, sería mucho mejor si la dirección fuese un poco más informativa, aunque es agradable de manejar.

Precios del Citroën C4 Cactus

El C4 Cactus está disponible en el mercado español asociado a 7 acabados: Live, Feel Fine, Feel, Feel Cool, Business, Shine y Millenium y los precios de sus distintas motorizaciones parten de las siguientes cuantías:

  • C4 Cactus 1.2 VTi 82: 14.750 euros
  • C4 Cactus 1.6 e-HDI 92 aut.: 16.850 euros
  • C4 Cactus 1.6 BlueHDI 100: 16.950 euros.

Fotos del Citroën C4 Cactus

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