¿Cómo se comporta el Hyundai Tucson en marcha?

El Hyundai Tucson ofrece un buen equilibrio entre prestaciones y confort de marcha, superando ampliamente a su predecesor, el ix35.


Hace mucho tiempo que Hyundai dejó de ser una marca que pasaba desapercibido entre las generalistas –algo similar a lo que le ha pasado a Kia, avanzando ambas como grupo-, y en su apuesta más sólida de este año, con el SUV compacto Tucson, lanza un órdago a los dominadores del segmento. No solo el Nissan Qashqai y el Renault Kadjar se deben sentir amenazados, sino que es algo que también le debería ocurrir al Volkswagen Tiguan.

El comportamiento del Tucson está varios escalones por encima con respecto a su predecesor, el ix35. Así, los dos propulsores que Hyundai considera que acapararán el mayor porcentaje de ventas, el 1.7 CRDi de 115 CV y el 2.0 CRDi de 136, son motorizaciones nobles que, asociadas al chasis del SUV de Hyundai, aúnan un buen grado de confort y de eficiencia. A pesar de no existir diferencias notables entre ambos, sí que se nota que el 2.0 tiene más fuerza a bajas vueltas.

A nivel de consumo, ambos motores homologan respectivamente 6,5 y 6,7l/100km, y teniendo en cuenta una suspensión y un aislamiento más que correctos, podría decirse que el modelo está ahora más adaptado si cabe a los gustos europeos. Precisamente estos dos aspectos, suspensión y aislamiento, contribuyen en la mejora comparándolo con el ix35, restando rumorosidad en el habitáculo, punto importante teniendo en cuenta sus espaciosas cotas interiores.

No obstante, adolece de falta de espíritu off road; sin embargo, se trata de un problema recurrente en la gran mayoría de sus competidores –en el SEMA se presentará el Tucson Rockstar, que sin duda solventará este ´inconveniente´-. En definitiva, ofrece un equilibrio general destacable, por lo que estamos ante una opción a tener en cuenta a la hora de adquirir un vehículo de estas características.

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