Nuevo Jeep Grand Cherokee L 2021 o la reinvención del Commander
La quinta generación del Jeep Grand Cherokee supone un nuevo giro de timón en la saga de todoterrenos de lujo iniciada por el Wagoneer en un lejano 1962 y un acercamiento a la filosofía del desaparecido Jeep Commander.
El Jeep Grand Cherokee L es la quinta generación de su saga si obviamos los Jeep Wagoneer y Grand Wagoneer, que sería como obviar los Willys MB y CJ cuando hablamos del Jeep Wrangler. Hay, por tanto, casi 60 años de historia detrás de este nuevo modelo que, aunque estéticamente tiene una clara relación con su predecesor, ofrece un planteamiento diferente tanto en lo que respecta a su arquitectura como a la disposición de su interior.
Así, nos encontramos con un todoterreno de lujo de tres filas de asientos construido sobre una nueva plataforma multi-material que da soporte a una carrocería autoportante, un conjunto modular basado en la plataforma Giorgio sobre la que se articulan los Alfa Romeo Stelvio y Giulia, muy diferente a la estructura de chasis de largueros en la que se basarán los futuros Jeep Wagoneer y Grand Wagoneer que conoceremos dentro de unos meses.
Efectivamente, parece un poco lioso, pero es que aún hay más, ya que este Jeep Grand Cherokee L contará también dentro de unos meses con una variante más compacta, de dos filas de asientos, por lo que podemos decir que el Jeep Grand Cherokee actual va a acabar desdoblándose en cuatro propuestas: Grand Cherokee, Grand Cherokee L, Wagoneer y Grand Wagoneer, con carrocerías autoportantes para los dos primeros y clásicos bastidores en escalera para los segundos.
Más de cinco metros
Centrándonos en el Grand Cherokee L (WL según su nomenclatura interna), hablamos de un todoterreno de 5,13 metros de longitud, con una batalla de nada menos que 3,09 metros, cifras condicionadas por su habitáculo de tres filas de asientos. Podremos verlo con llantas de entre 18 y 21 pulgadas, mientras que tanto el frontal como la trasera guardan una clara similitud con los de la generación del Grand Cherokee (WK2) que todavía se encuentra a la venta y cuya arquitectura deriva de una antigua plataforma de Mercedes.
Dentro, la clave está en las tres filas de asientos, una configuración desaparecida de la familia Jeep desde la salida del mercado del Jeep Commander, que estuvo a la venta entre 2005 y 2010 y que nunca contó con una gran aceptación. Jeep ofrecerá, al menos en EE.UU., dos configuraciones, con seis o siete plazas (2+2+2 o 2+3+2). Y uno de los atractivos del modelo es que, incluso con todas sus plazas operativas, contará con un maletero de 484 litros, cifra que crece hasta los 1.328 litros si abatimos la tercera fila de asientos y hasta 2.396 si hacemos también lo propio con la fila central.
Viejos conocidos
Mecánicamente encontramos pocas novedades. La gama inicial parte del conocido V6 de gasolina Pentastar de 3,6 litros, un motor atmosférico de aluminio que desarrolla 294 CV y 348 Nm, mientras que la versión más potente es el V8 Hemi 5.7, con 362 CV y 529 Nm. Es lógico pensar que el V6 diésel de 3,0 litros estará también disponible para el mercado europeo, si bien Jeep no ha confirmado nada al respecto.
Los dos motores van asociados a una caja de cambios automática de ocho relaciones, a cuya salida encontramos una caja tránsfer que envía el par a las cuatro ruedas (Quadra-Trac I). Opcionalmente hay disponible una reductora de relación 2,72:1 (Quadra-Trac II) e incluso un autoblocante trasero gestionado electrónicamente (Quadra-Drive II). En todos los casos, un embrague de discos también inteligente varía la distribución interaxial de par, que actúa de forma reactiva en los Quadra-Trac y también de forma predictiva en el caso del Quadra-Drive II).
Otro aspecto importante es el uso de muelles neumáticos de altura variable (Quadra-Lift) en las suspensiones de las cuatro ruedas, que, por supuesto, son independientes. El sistema trabaja con hasta cinco alturas diferentes, que permiten disponer de 21,2 cm de altura libre en condiciones normales (sin tocar ni un botón), 24,2 cm en el modo off-road I y hasta 27,2 seleccionando el modo off-road II, pensado para superar obstáculos a muy baja velocidad en momentos puntuales o para vadear hasta 61 cm de agua.
No obstante, a pesar de la suspensión neumática, las cotas todoterreno son discretas, con ángulos de ataque, ventral y de salida de 30,1º, 22,6º y 23,6º, respectivamente, algo inevitable teniendo en cuenta las dimensiones del vehículo.
Amplio equipamiento
Y si eres de los que valora el lujo, la tecnología y el equipamiento, podrás comprobar cómo este Jeep ha dado un importante paso adelante, con un cuadro de instrumentos completamente digital, un sistema de info-entretenimiento con una pantalla de 10,1 pulgadas, un equipo de sonido opcional McIntosh de 950 vatios distribuidos en 17 canales, con 19 altavoces repartidos por todo el habitáculo, todo tipo de asistentes a la conducción y extras tecnológicos de moda como el retrovisor interior virtual.
Habrá cuatro acabados: Laredo, Limited, Overland y Summit, si bien probablemente la gama que llegue a España será algo más reducida. No hay previstas versiones Trackhawk, SRT o Trailhawk (algo lógico tratándose de una carrocería alargada); sí se ha anunciado la ampliación de la gama con una versión híbrida enchufable (4xe). Pero, en cualquier caso, aún deberemos esperar unos meses para verlo rodar por nuestras carreteras y por nuestros caminos y para conocer su precio.
