El Volkswagen T-Cross es un SUV urbano de cinco puertas y 4,11 metros, que comparte plataforma y parte de la gama mecánica con el Seat Arona. Se sitúa justo por debajo del T-Roc, un SUV que, pese a medir sólo 12 cm más, está elaborado sobre la plataforma MQB del VW Golf; en cambio, el T-Cross toma como base la MQB A0, la misma que lleva el Polo.
Visto así, y para diferenciarlos mejor, podría decirse que el T-Roc es la variante SUV del Golf (como el Tiguan, pero éste con un mayor tamaño), mientras que el T-Cross hace las veces de variante todocamino del Polo.
De inicio, se pone a la venta con dos motores 1.0 TSI de 95 CV con cambio manual de cinco marchas y de 115 CV con cambio manual de seis relaciones o automático DSG de siete. En abril, llegará un 1.6 TDI de 95 CV con caja manual de cinco marchas, mientras que para final de año se espera un 1.5 TSI de 150 CV con cambio automático DSG de siete relaciones. En todos los casos, con tracción delantera; no hay ni habrá versiones con tracción total. Hay tres acabados: Edition, Advance y Sport.
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Vokswagen T-Cross: Así es por dentro
Por dentro, el T-Cross destaca por amplitud, practicidad y maletero. Es amplio porque ofrece más espacio para las piernas que la media y una buena altura, si bien la anchura es típica de un urbano… y escasa para que tres adultos viajen holgados. La practicidad se la da su banqueta trasera corrediza de serie, algo que en este segmento sólo ofrecen el Renault Captur o el Citroén C3 Aircross.
También permite plegar por completo el asiento del copiloto, algo que permite alojar objetos de un máximo de 2,40 metros si abatimo el asiento trasero. En función de dónde se coloque la banqueta trasera, el volumen de maletero se sitúa entre 385 y 455 litros, lo que le posiciona entre los mejores de su clase.
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En cuanto al puesto de conducción, se va sentado 10 cm más alto que en un Polo. Esto facilita el acceso de personas poco ágiles (o la colocación de niños pequeños en el asiento trasero) y mejora la visibilidad. A cambio, las piernas no van tan estiradas y la sujeción del cuerpo en curva puede ser un poco peor. En cualquier caso, no cuesta encontrarse cómodo.
La distribución de mandos está bien resuelta para no distraer cuando hay que manipularla en marcha: todo está agrupado de forma lógica, hay suficientes botones para las funciones principales y la navegación por la pantalla central táctil es intuitiva. Además, se ve bien, los iconos tienen el tamaño adecuado y la pantalla responde bien ante leves toques.
El Volkswagen T-Roc puede llevar una instrumentación digital Virtual Cockpit configurable. Ante una analógica, aporta principalmente atractivo y personalidad. Cuenta con un completo ordenador de a bordo, con las mismas funciones que la analógica. Eso sí, la digital permite ver el mapa del navegador en la propia instrumentación.
En cuanto a calidad, el T-Cross no admite queja en cuanto a ajustes, precisión de los mandos o remates de todas las piezas. Eso sí, todo está realizado en plástico duro (hay rivales que emplean uno blando de mejor tacto) y se echan en falta algunos detalles, como agarraderos en el techo o una guantera tapizada por dentro.
Volkswagen T-Cross: Así va en marcha
De momento, hemos tenido ocasión de probar un T-Cross 1.0 TSI 115 Sport con pack R-Line y cambio manual de seis relaciones. Está previsto que ésta se la mecánica más vendida, si bien la terminación más demandada será la Advance.
Con este motor, el T-Cross acelera de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos y declara un consumo oficial de 4,9 litros. En la práctica, el motor mueve al T-Cross con suficiente soltura para rodar a rirmos normales o completar adelantamientos con una razonable rapidez. También es un motor agradable porque no es muy ruidoso y transmite muy pocas vibraciones.
Un automóvil equilibrado
En cuanto a consumo, en la práctica lo normal es que oscile entre 6,5 y 7,0 l/100 km, lo que le sitúa entre los mejores de su competencia, como el 1.2 PureTech 110 del Citroén C3 Aircross o el Peugeot 2008, pero es ligeramente más elevado que en un Polo equivalente (la diferencia no llega a 0,5 L/100 km). El cambio manual de seis marchas tiene un tacto suave y es muy preciso.
En lo que al chasis respecta, el T-Cross es un modelo muy equilibrado. La suspensión tiene la dureza justa para contener el balanceo de la carrocería correctamente, no es incómoda y sus reacciones son nobles y previsibles. En general, es un coche muy fácil de conducir, que transmite mucha confianza y al que no cuesta acostumbrarse a sus reacciones.
Pese a tener una altura libre de 18,4 cm, no es un modelo especialmente indicado para campo, aunque tampoco lo pretende. Se puede defender bien en pistas en buen estado por esa mayor altura, pero poco más. No ofrece tracción total ni ningún modo del control de tracción específico para campo. Además, de serie lleva neumáticos de asfalto (en nuestra unidad, Pirelli Cinturato P7). Quien quiera un Volkswagen SUV para estos menesteres, encontrará mejores opciones en el T-Roc, que sí ofrece variantes 4×4.
En cuanto al precio, el T-Cross es más caro que la mayoría de sus alternativas a igualdad de motor, pero también es cierto que cuenta con un completo equipamiento de serie. Por eso, por cómo va y por el espacio y practicidad que ofrece, la diferencia de coste es razonable.
Precios del Volkswagen T-Cross 2019
| Versión | Precio |
| 1.0 TSI 95 Edition | 18.900 euros |
| 1.0 TSI 95 Advance | 20.620 euros |
| 1.0 TSI 115 Advance | 21.310 euros |
| 1.0 TSI 115 Advance Aut. | 22.520 euros |
| 1.0 TSI 115 Sport | 23.230 euros |
| 1.0 TSI 115 Sport Aut. |
24.440 euros
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