Al igual que ocurre en Renault -con Captur y Kadjar-, Nissan –Juke y Qasqhai– o Peugeot –2008 y 3008-, la firma surcoreana lanza el Tivoli, un SUV urbano que se emplaza por tamaño -4,20 m de largo- y precio justo por debajo de su ´hermano´, el Korando -4,41 m de largo-. La gama de motores es reducida: de momento, sólo está disponible en los concesionarios un 1.6 gasolina con 128 CV y, a partir de septiembre, un 1.6 diésel de 115 CV. Con un diseño basado en el de los prototipos XIV-Adventure y XIV-Air, presentados en el Salón de París de 2014, el Tivoli pretende conquistar a un cliente de entre 25 y 35 años -según la marca, mayoritariamente mujeres-.
El objetivo principal es superar las ventas del Korando, con algo más de 1.200 unidades comercializadas en 2014 y cerca de 800 en lo que llevamos de 2015.
Lo mejor está en el interior
El habitáculo del Tívoli puede ser calificado de amplio, ya que ofrece un buen espacio para las piernas y la cabeza a los pasajeros traseros y, si bien no resulta excesivamente ancho, el hipotético ocupante de la plaza central puede viajar con los pies bien apoyados gracias a que cuenta con un suelo prácticamente plano. En cuanto a la postura de conducción, los asientos ofrecen un buen compromiso entre comodidad y sujeción del cuerpo. No obstante, el volante sólo se puede regular en altura, un inconveniente que también presentan otros competidores como el Nissan Juke. Por otra parte, el maletero ofrece unos destacables 423 litros, lo que significa que es el segundo más grande de la categoría sólo por detrás del Suzuki S-Cross -ofrece 430 litros pero su longitud es 10 cm mayor-. Para que te hagas una idea de su tamaño, un Peugeot 2008 se queda en 338 litros y un Renault Captur en 377 litros. Si evaluamos la calidad de realización, podemos decir que el Tivoli se limita a cumplir, ya que cuenta con unos plásticos agradables al tacto en la parte superior del salpicadero y no tan bien resuelto en la parte inferior -aunque sin fallos graves-. Los botones del volante y las palancas parecen más sólidos que los de la consola central, más endebles. Además, la guantera principal y la que está entre los asientos delanteros son amplias y la instrumentación ofrece 6 tonos de iluminación.
El 1.6 marca la experiencia
El Tivoli emplea un propulsor 1.6 atmosférico -la mayoría de sus rivales recurren a un propulsor de menor cilindrada sobrealimentado- lo que hace que su rendimiento ideal lo encontremos a partir de 4.500 rpm. Esto implica que en ciudad resulta algo ´perezoso´ y, en autopista, hay que anticiparse a la hora de adelantar, afrontar repechos… El consumo real oscila entre los 7,0 y los 8,5 l/100 km. Este modelo emplea un esquema MacPherson delante y una sencilla barra de torsión detrás -los 4×4 llevan un multibrazo-; va un poco duro de suspensión, lo que provoca que las respuestas sean algo secas aunque los movimientos de la carrocería son leves en zonas sinuosas. La dirección cuenta con tres niveles de dureza -Comfort, Normal y Sport-, pero no transmite mucha información. Por su parte, el cambio manual de seis marchas es preciso, aunque los desarrollos son largos -lo que perjudica las recuperaciones-.