Toyota C-HR: primera prueba

Hemos probado el Toyota C-HR, el nuevo y original SUV de Toyota, un coche con mucho carácter. ¿Quieres saber cómo va?


Coupé High-Rider: las palabras al completo que dan lugar a las siglas de su nombre no dejan duda. El Toyota C-HR es un crossover con apariencia de coupé, a pesar de sus cinco puertas. De hecho, tras su aparición como prototipo en el Salón del Automóvil de París de 2014, en EVO nos pareció demasiado atrevido como para convertirse en un modelo de producción. Aun así, Toyota pensó que triunfaría en Europa y, con el tiempo, también ha decidido comercializarlo en Japón y en Estados Unidos.

Uno de los objetivos principales de este Toyota C-HR es convertirse en una especie de versión grande del Nissan Juke, por así decirlo, otro SUV con unas formas exteriores que resaltan su carácter. Ambos están destinados a una clientela joven que busca hacer una declaración de intenciones sobre sus gustos, generalmente diferentes a los del resto de la gente. Por ello, el C-HR ha sido diseñado para parecer un coche de tres puertas con una aerodinámica muy marcada y un tamaño de ruedas exagerado. El spoiler trasero y los pilotos de la zaga son también especialmente llamativos, así como su habitáculo.

El C-HR se fabricará, al menos para el mercado europeo, en Turquía.

Toyota C-HR 2017: características técnicas más notables

Bajo su piel se encuentra la plataforma Toyota New Global Architecture -TNGA-, sobre la que también se asienta el nuevo Prius. En el CH-R la distancia entre ejes es más corta y la anchura de vías crece ligeramente. Toyota ha intentado que la dinámica del CH-R sea lineal, consistente y que tenga una buena respuesta. Una dirección precisa de baja fricción y la suspensión delantera son de gran ayuda en este sentido.

Asientos traseros Toyota CH-R

La batería de su sistema híbrido se ubica bajo la fila de asientos traseros, así que no resta espacio al maletero. La otra opción es un bloque turboalimentado de 1.2 litros y 4 cilindros, pero éste no llegará a España. Por lo tanto, no existen motorizaciones diésel, ya que la eficiencia y economía del propulsor híbrido es similar y, además, es más respetuoso con el medio ambiente.

Uno de los puntos a destacar es el sistema IMT -Intelligent Manual Transmission, presente en el 1.2 cuando se combina con la caja manual de seis relaciones-, que consigue unos cambios más suaves y cómodos al detectar los cambios de marcha del conductor -cuando pisa el embrague y acciona la palanca de cambios-, pues sincroniza la velocidad del motor con la de entrada de la transmisión.

Toyota C-HR 2017: motor, transmisión y 0 a 100 km/h

Acabamos de mencionar el sistema IMT, pero para el 1.2 de gasolina también existe la posibilidad de escoger una caja de cambios automática CVT combinable con una tracción a las cuatro ruedas. Con esta configuración, el sistema es capaz de enviar hasta el 50% del par motor al eje posterior.

El híbrido, que será la única motorización a la venta en nuestro país, utiliza también el cambio CVT. Su motor térmico es de 1.8 litros y se apoya en otros dos propulsores eléctricos. La potencia conjunta es de 122 CV. Uno de los eléctricos se dedica casi en exclusiva a alimentar la batería y como asistente en el arranque; el otro mueve el coche a baja velocidad, ayuda en la aceleración y se encarga de la marcha atrás. El resultado es una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,0 segundos y una velocidad máxima de 169 km/h.

Trasera Toyota CH-R

Toyota C-HR: ¿cómo va en marcha?

Los números anteriores no prometen un cúmulo de sensaciones pero, ¿podrán ser compensados por el par motor? Con el impulso eléctrico, podría decirse que el C-HR híbrido solventa esta papeleta. Las revoluciones se disparan al pisar el acelerador a fondo, pero tampoco se trata de un impulso sorprendente. De hecho, lo más estimulante es que las emisiones de CO2 son tan solo de 87 g/km.

Desde EVO creemos que el 1.2 es algo mejor en este aspecto, y aunque con la transmisión CVT puede convertirse en un coche relativamente divertido, con el cambio manual es más agradable de conducir. El IMT es desconectable, pero su actuación es realmente buena, consiguiendo unos cambios de marchas muy suaves, tanto hacia arriba como hacia abajo.

En cuanto a la linealidad, consistencia y respuesta -características subrayadas por la propia marca-, son bastante buenas, algo que también ocurre con el confort de marcha. En las curvas a penas se inclina, la dirección es muy precisa y el agarre frontal es genial. Pocos crossover se sienten tan ágiles y ofrecen tanto feedback, lo cual sirve para compensar, en parte, la falta de prestaciones.

La postura de conducción puede fijarse en un punto alto para tener una buena visibilidad o, por el contrario, ubicar el asiento y el volante en una posición más baja -y, aun así, seguir gozando de una visibilidad más que aceptable-. Las acomodaciones para los pasajeros de la fila trasera de asientos no son tan amplias. Hay un montón de espacio libre para las piernas, pero su alta línea de cintura, pilares traseros gruesos y ventanillas posteriores pequeñas transmiten una innegable sensación de claustrofobia. La vista trasera para el conductor tampoco es la más deseable.

El diseño del habitáculo está dominado por una franja que se extiende desde los paneles interiores de las puertas hasta el salpicadero, flanqueando la pantalla multimedia encargada del sistema de infoentretenimiento. Esta tira es de goma y de color azul brillante, por lo que no pasa desapercibida.

Interior Toyota CH-R

El display de la instrumentación muestra las fuerzas G en tiempo real y, en la alternativa de tracción total, el par motor que se destina a cada rueda. El sistema de audio opcional firmado por JBL es muy bueno.

Toyota C-HR: rivales

Por ahora solo está disponible el motor híbrido asociado al acabado de lanzamiento Launch Edition. Su precio oficial es de 29.000 euros. Uno de sus mayores competidores, aunque con una estética algo más sobria, es el nuevo Peugeot 3008, cuya tarifa ´arranca´ en 25.150 euros. Además, es más barato y llamativo que, por ejemplo, un BMW X1 o un Audi Q3. También supera en exclusividad al dominador del segmento, el Nissan Qashqai. Y aunque la inclusión de una variante más rápida estaría muy bien y a los pasajeros de la fila de asientos posterior podría no gustarles mucho el C-HR, se trata de un soplo de aire fresco y una atrevida declaración de intenciones de Toyota.

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